Después de un tiempo en barbecho, continuamos con el blog. Hoy vamos a comentar Ancillary Justice, de Ann Leckie, una Space/Thriller político/Opera que ha recibido muy buenas críticas. Tantas, que el hypemetro estaba a punto de estallar y junto con odo y qdony, los titulares de los imprescindibles blogs, Sentido de la maravilla y La biblioteca de Ilium, nos lanzamos a una lectura conjunta.
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La novela está estructurada en dos lineas temporales diferentes que se van alternando y que la autora usa para introducirnos paulatinamente en el entorno de la historia, mientras por otro lado hace avanzar la trama.
La primera transcurre en el planeta Ors, que ha sido recientemente anexionado al Impero Radchaai. Ann Leckie aprovecha esta línea para mostrarnos el modus operandi del Imperio y, además, planta las semillas del conflicto que se resolverá en la segunda. También nos presenta a los personajes principales de la novela, Anaander Mianaai, Lord supremo del imperio, y Justice of Toren, la Inteligencia Artificial de una nave estelar, estacionada en el planeta para ayudar a controlar la anexión. A pesar de que la nave tiene oficiales humanos, el principal recurso de la nave son los ancillares del título, tropas auxiliares, formadas por humanos a los que se ha sometido a una intervención cerebral que ha transformado su mente en un receptáculo de la propia IA, y que se encuadran en diferentes escuadrones. Se trata de simples apéndices de la nave, soldados ideales que comparten de forma simultánea toda la información entre sí, pues en realidad son parte de la propia nave, y que no cuestionan las ordenes que reciben.
En la segunda línea seguiremos las andanzas de One Esk, una instancia de uno de los regimientos de Justice of Toren, o sea, un ancillar, en su afán por vengarse de Anaander Mianaai, debido al conflicto ético que sufrió la nave, cuando las ordenes que recibió en su día del Lord supremo entraron en conflicto con sus emociones, explorando así someramente el dilema moral de cumplir las ordenes que chocan con el sentido de justicia de los individuos.
El punto fuerte del libro es el worldbuilding, el Imperio Radchaai está basado libremente en el Imperio Romano, tal y como la propia autora reconoce en la entrevista que hay al final del libro, aunque no se trata simplemente de Romanos en el Espacio. Ann Leckie adapta aspectos del Imperio Romano a su mundo, como la pirámide del Clientelismo que existía entre las familias romanas, y la rápida asimilación de los Dioses de los pueblos conquistados al panteón del Imperio, pero sin embargo consigue dotar a la sociedad de una entidad propia.
Ann Leckie |
La autora es muy consciente de dos de los mayores problemas que afectan a los grandes imperios: la necesidad de expansión constante en busca de más riqueza para consumir y la falta de soldados que provoca el continuo estado de guerra. Y lo soluciona transformando en ancillares a la mayor parte de la población de los planetas conquistados, mejorándolos con implantes y con un campo de fuerza que los convierte en casi invulnerables. Esta ventaja tecnológica ha permitido al imperio expandirse sin que nadie los haya podido parar, al menos, hasta que se toparon con los Presger, una raza alienígena con una tecnología superior que no parece tener problema alguno con el campo de fuerza y que puede forzar un cambio de modelo en el Imperio.
Otro acierto del libro, es la descripción de las múltiples instancias de Justice of Toren, en Ors, que consigue dar la sensación de multiplicidad y omnipresencia sin crear confusión con los diferentes puntos de vista, ya que Justice of Toren lógicamente se ve como una sola entidad.
Pero no todo está bien conseguido, no, ya nos gustaría, la trama de One Esk se apoya fundamentalmente en el azar, hay un montón de encuentros afortunados, y varios personajes dan un giro de 180 grados a su comportamiento natural, sin que quede muy claro la motivación que tienen.
Como curiosidad y dado que en el imperio Radchaai se da poca importancia al genero y su idioma no tiene marcadores de genero, One Esk, se pasa la mayor parte de la novela asignando genero femenino a todos los personajes, lo que provoca curiosos cambios de genero cincuenta paginas después, sin que en realidad parezca demasiado justificado o aporte nada al libro que no sea generar un poco de polémica. Creo que su hubiera podido utilizar el cargo de cada personaje o su título, o incluso crear pronombres neutros y se hubiera conseguido el mismo efecto.
En resumen, un libro con aciertos y fallos, que inicia una serie que promete ser interesante si la autora consigue superar sus problemas con la trama.
A continuación un enlace a las reseñas de odo y qdony.
Una buena reseña. Más tibia que las de Odo y Miquel en cuanto a 'entusiasmo', pero desde luego tiene buena pinta. Está irá para los Hugo, ¿no?
ResponderEliminarCon el hype que lleva acumulado tiene muchos números. Gracias por pasarte.
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