18 de diciembre de 2013

Contra la oscuridad




Esta entrada forma parte del homenaje/recuerdo que en el Fantascopio se ha organizado en honor del escritor escocés Iain M. Banks. Me ha tocado, vale, vale, he escogido, reseñar Contra la oscuridad, uno de sus libros que no forman parte de la serie de La Cultura.

Contra la oscuridad, si he contado bien, es la duodécima obra publicada de Banks, pero se trata en realidad de uno de sus trabajos primerizos que reescribió y posteriormente publicó a raíz de su éxito. Se nota, las escenas de acción son confusas, la trama es endeble, tiene fallos de ritmo y más ideas de las convenientes (si, esto a veces es malo).


Pero vamos al tajo:

Lady Sharrow, aristócrata de una familia venida a menos, tiene que esconderse del culto Huhsz, que la persigue debido a que uno de sus antepasados se apoderó de un objeto sagrado del culto, la última pistola vaga (aka McGuffin) que entonces no era la última. En sus intentos de recuperarla los seguidores huhsz asesinan al duque y su hijo y se inicia una vendetta, entre la familia de Sharrow y el culto. Un profeta huhsz tiene una visión que le comunica que si no se recupera el tesoro robado o se elimina la linea femenina de la familia no podrá nacer su Mesias. Y justo ahora, el cabo de unas pocas generaciones, los huhsz han conseguido una licencia para matar legalmente a la última descendiente femenina de la familia. Tienen un plazo de un año y un día para conseguirlo. Sharrow intentará recuperar la pistola para conseguir el perdón y a la vez evitar a los miembros del culto.

No parece gran cosa, ¿verdad?. La típica búsqueda del tesoro, nuestra heroína reunirá a sus amigos, seguirá las pistas, superará los obstáculos, etc. Básicamente es así, bueno, hay un enemigo desconocido que siempre va dos pasos delante de ella, pero esto también es parte del juego.

Y si todo fuera esto sería una novela bastante mediocre, afortunadamente hay más.

La novela está ambientada en el sistema planetario de Golter, un lugar en el quinto pinto, sin ningún otro sistema cercano. Este aislamiento ha provocado que a lo largo de los milenios en el sistema se hayan probado infinidad de regímenes políticos, sistemas de gobierno y religiones varias, con el único resultado de conseguir subir y bajar en la montaña rusa de la escala tecnológica debido a las guerras padecidas.


En la actualidad, la actualidad del libro se entiende, el sistema está controlado a duras penas por el Tribunal Mundial, que intenta establecer un poco de orden, en un sistema ultra-capitalista regido por los burócratas y los abogados. El sistema está dividido en estados independientes, ciudades libres, territorios embargados, países en litigio, enormes propiedades privadas, monarquías, toda una amalgama de sistemas políticos que luchan por mantener su existencia, sin que parezca que haya una solución, condenados a repetir los errores del pasado. Un entorno oscuro donde transcurre la acción.

También la religión y la filosofía está representada. En la Monarquía de los Reyes Inútiles, la tecnología está prohibida y se compra únicamente para gastar los excedentes del reino para que el país no progrese y por consiguiente siga estable, y la religión oficial es el Odio a Dios, al que consideran el Gran Hechicero Infernal. También está el culto Huhsz, más tradicional (recordemos que en el año 1988 se publicaron Los Versos Satánicos), y para completar el panorama una orden de monjes que se encadena y se mueven arrastrando las cadenas que están sujetas a raíles. En el plano filosófico, un grupo de mercenarios solipsistas (todos ellos) nos van amenizando el camino a recorrer.

Aunque la novela no está ambientada en La Cultura, hay algunos detalles que apuntan un contexto común, por ejemplo, la clase alta tiene un solo apellido y a medida que vas descendiendo en la escala social se van añadiendo nombres suplementarios, y ya sabemos que los miembros de La Cultura acostumbran a tener nombres larguísimos. Aparece también una incipiente civilización mecánica, androides con una IA autónoma, que tiene objetivos similares a los que después asumirán las IAs de La Cultura, tal y como se menciona en el artículo publicado en Fantastica Ficción:

"las IAs de la Cultura, diseñadas dentro de parámetros muy amplios, que desean vivir, experimentar y comprender, para las que su existencia y procesos mentales propios deben ser satisfactorios, y hasta entretenidos". 

Y por último la protagonista absoluta, Sharrow, un personaje desarrollado en mucha más profundidad de lo habitual, a base de sucesivos flashbacks, pero que al mismo tiempo es el arquetipo de la heroína predestinada, un personaje plano típico de la fantasía. La caza del tesoro se transforma en la búsqueda del Grial de la Pistola Vaga, un símbolo del antiguo poder de la casa de Sharrow. Un instrumento tan avanzado tecnológicamente que es pura magia, un arma que cuando dispara decide por si misma la forma en que va a destruir el objetivo, usualmente bastante graciosa.

Banks se propuso utilizar los recursos y tropos típicos de la fantasía para explorar la space opera, y toda está serie de elementos dispares lastran el ritmo de la novela y dificultan su encaje, sin embargo el todo es más que la suma de sus partes.

6 comentarios :

  1. Muy buena reseña, JM (deberías prodigarte más). Pese a los fallos que mencionas, me han entrado ganas de leer el libro :)

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  2. Esperaba que te hubiera gustado más, yo tengo un buen recuerdo de ella.

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  3. A mí también me pareció algo flojilla.

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  4. Buen repaso el que habéis dado a la obra de Banks. Los fantascopistas deberíais seguir ahora con otro de los autores que se nos fueron este 2013, como Pohl, por ejemplo (es una petición, nada más).
    Y me uno a lo que dice Odo, ojalá te prodigases más ;-)

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